domingo, 31 de julio de 2016

Paraje Natural de Maro-Cerro Gordo


En el límite con la provincia de Granada, al término de la localidad de la Herradura, se extiende un Paraje natural que nos sorprenderá debido a la belleza de sus paisajes y sus costas. Abruptos acantilados con caídas de hasta cien metros y bellas calas se reparten durante 12 kilómetros a lo largo de la costa . De oeste a este, la zona de Calaisa, en el termino municipal de Almuñécar, da comienzo a este Paraje Natural que nos llevará hasta la costa malagueña adentrándonos en la localidad de Maro,en el término municipal de Nerja. La erosión marina junto a la caída de agua dulce de varios arroyos sobre el mar configuran un sustrato rocoso y estable que favorece la diversidad de fauna y flora marina. Una franja de una milla de este litoral, perteneciente al mar de Alborán, esta protegido por la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía por lo que en todos los casos deberemos pedir permiso a esta para poder bucear en la zona. Pero si no disponemos de esta autorización son muchos los clubes de la zona, tanto en Almuñecar como en la localidad nerjeña, que nos facilitarán inmersiones dentro del paraje natural a unos precios que no varían mucho de los  estándares a los que estamos acostumbrados. No aconsejo en ningún caso omitir este premiso puesto que son ya varios casos los conocidos en los que miembros del SEPRONA han multado a buceadores y os aseguro que las multas son lo suficientemente sustanciosas para no obviar este consejo.


Todo este enclave lo podremos observar desde la N-340, carretera que atraviesa el citado paraje y que nos llevará por playas tan entrañables para los malagueños como la de Cantarriján o El Cañuelo. También podremos acceder por mar al encontrarse muy cerca el puerto deportivo de Marina del Este, lugar donde los clubes de buceo tienen varadas sus embarcaciones.



Fauna Y flora del Paraje Natural




Si hay algo que debemos destacar en esta zona son las praderas de Posidonia Oceánica, protegidas por la Unión Europea y materia de estudio por varias organizaciones de biólogos, buceadores y acogidos a el plan Natura Life para su catalogación, observación y conservación.
Lo primero que debemos saber es que la Posidonia no es un alga, es una planta. Tienen frutos, flores, hojas, tallo y raíces. Como todas las plantas, necesita de la fotosíntesis para vivir y se encuentra en los fondos arenosos a diferencia de las algas que las podremos encontrar en fondos rocosos. Sus hojas, de color verde, llegan a medir hasta un metro y medio formando praderas en el fondo marino con una media de vida de unos 30 años. Muchas especies encuentran en estas praderas su alimento y morada, ofreciendo para muchos animales un ecosistema al resguardo de otras especies depredadoras que en ellas cohabitan. Las praderas generan entre 4 y 20 litros de oxígeno diarios por cada metro cuadrado, por lo tanto, constituyen una de las fuentes de oxigenación más importantes del Mediterráneo. Parte de este oxígeno es liberado a la atmósfera y las praderas constituyen una barrera para la erosión de nuestras costas. Se calcula que unas 400 especies vegetales y más de 1000 especies animales encuentras aquí su hábitat. Caballitos de mar, nudibranquios, morenas, serránidos, fredys, gobios, pargos o doradas serán algunas de las especies que podremos admirar en nuestra incursión por este maravilloso enclave. Pero también encontraremos entre sus hojas el mayor molusco bivalvo del mediterráneo: la nacra (Pinnanobilis), con ejemplares de hasta medio metro y muy amenazado en la actualidad.





Pero son muchas las especies que serán de nuestro agrado fotografiar y admirar en cualquiera de los recorridos que hagamos dentro del Paraje natural: el coral naranja estrellado (Astroides calycularis), camarones (Palaemon serratus), el centollo (Majasquinado) , langostas (Palinurus vulgaris). Así como congrios (Conger conger), la morena (Muraena helena) o el rascacio (Scorpaena). Peces propios del mediterráneo como, toritos (Góbidos) y viejas (Blénidos), el pez luna (Mola mola) y el mero (Epinephelus guaza),.
También están presentes en estas aguas la doncella (Corisjulis) y el pavo real o pez verde (Thalassoma pavo). 
Tortugas y varios tipos de delfines son avistados con cierta regularidad por la zona.



Buceando por el Paraje Natural

Son varias las inmersiones que podremos hacer dentro del paraje natural: 


Playa del Cañuelo, el acceso es desde la playa, en infantería, desde que nos sumergimos en la misma playa admiraremos la riqueza de sus fondos llenos de Posidonea y zonas de roqueo. Nos permitirá una inmersión larga que podrá llegar hasta los ochenta minutos debido a que su profundidad oscila entre los 6 y 12 metros. 


Playa de Cantarriján, también en infantería, nos permitirá observar con detalle la pared cubierta de corales y esponjas, con una extensa variedad de gambas. Varias cuevas encontraremos en nuestro recorrido morada de congrios, morenas y peces torpedo. Pero esto lo desarrollaremos más adelante, en otro artículo, deteniéndonos en cada una de la cuevas y dedicándole un espacio merecido minuto a minuto a esta inmersión. 

Y por último partiendo de la zona denominada Calaisa, podremos hacer una inmersión al estilo caribeño por parte de los acantilados de Cerro Gordo. Para aquellos que no tengan mucha experiencia en inmersiones desde barco, decir que las caribeñas se diferencian de las demás porque partimos de un punto determinado y el barco nos va siguiendo en nuestro recorrido hasta llegar a otro punto donde finaliza nuestra expedición. Por lo tanto, no tenemos que volver al punto de partida cuando nuestra botella esté a la mitad de su capacidad pudiendo recorrer el doble de terreno que si lo hubiéramos hecho anclando el barco en un punto determinado. 
Numerosas cuevas, zonas de roqueo nos permitirán observar una variada fauna y flora marina que va desde los corales anaranjados, congrios, morenas y variedades de nudibranquios a centollos, viejas y el curioso pez luna.


Sin duda un día bajo el gran azul que nos será difícil olvidar.


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miércoles, 20 de julio de 2016

BUCEANDO EN ESTEPONA: LOS TUBOS

Una breve introducción




La localidad de Estepona, situada al sur occidental de la provincia de Málaga es parte de la mancomunidad de municipios de la Costa del Sol. Último municipio de la provincia malacitana que linda con la provincia de Cádiz, conserva la magia y encanto de los pueblos blancos de Andalucía. Un centro urbano que evoca todavía a tiempos árabes gracias a sus pequeñas callejuelas con encalados blancos y balconadas de flores contrasta con la nuevas edificaciones planteadas para el turismo que en los meses estivales colonizan este pueblo con un amplio sabor marinero.

Larga es la historia de esta localidad habitada ya desde la prehistoria. Con pasado íbero y orígenes romanos que la sitúan como una importante villa no solo de uso industrial sino también defensivo recbiendo su topónimo en época musulmana. Estebbuna fue ciudad de renombre en el mediterráneo occidental hasta que en el siglo XV fuera conquistada durante el reinado de Enrique IV, hermano de Isabel La Católica. En la actualidad es un municipio turístico a 83 kilómetros de Málaga que cuenta con 67 mil habitantes y se extiende por 137 kilómetros cuadrados.


Bucear en Estepona


Varias son las inmersiones que podremos hacer en Estepona:
Partiendo de la zona más cercana a la provincia de Cádiz nos encontramos con la playa de La Sal, aunque no pertenece a este municipio sino a Casares, situado a unos 27 km, son muchos los que la confunden con parte del municipio por su cercanía a la localidad esteponera. El arrecife de la Perla, como se conoce a esta inmersión, se encuentra a unos 200 metros de la playa con una profundidad entre los 6 y los 18 metros. Es una de las pocas inmersiones en la zona que se hacen desde la costa. Desde sargos y salemas hasta pulpos, congrios y morenas serán algunas de las especies que nos podremos encontrar buceando por los pasadizos y grandes rocas que se encuentran durante la expedición.



El Yate de las Ánforas a unas 4 millas de la costa es un yate que descansa sobre la arena a unos 26 metros de profundidad y que se hundió debido a un fuego a bordo durante el año 2008. Recibe su nombre del cargamento que llevaba este yate hoy esparcido alrededor del pecio. Estas ánforas son refugio de la vida marina y se encuentran en un buen estado de conservación. Lo más significativo de esta inmersión es la gran cantidad de congrios que en este pecio habitan, de considerables dimensiones, llegando a alcanzar los cuatro metros de longitud.


Las lajas que también haremos desde barco, son tres escalones formados por placas tectónicas y que en algunas partes forman un medio tubo a unos doce metros. En esta inmersión podremos encontrar una colonia de congrios acompañados de varias morenas, centollos, bogavantes y gorgonias.

Notormira, también por la costa de Estepona, es un pecio apoyado sobre la quilla en la arena a unos 30 metros de profundidad. Inmersión ideal para los amantes del óxido. Muy interesante resaltar que se puede recorrer entero en su interior, saliendo por la escotilla de proa. Aún evolucionando a lo que vida se refiere debido a su reciente hundimiento que data de 2011 y que cada día cuenta con más vida por lo que más de una sorpresa nos podremos encontrar

La pradera de Posidonias en El Saladillo, se encuentra en la costa entre los ríos Guadalmina y Guadalmansa y hasta una profundidad media de 30 metros, ocupando un espacio de unas 1'7 hectáreas. Es uno de los caladeros de pesca más importantes de la zona por lo que podremos intuir que será una inmersión donde la vida y la belleza de esta planta autóctona del mediterráneo y en peligro de extinción en nuestras costas, nos transportará a lugares que no asociamos con Andalucía. Dentro del proyecto Life Posidonia son varias las mediciones que a lo largo del año se efectúan en esta pradera para determinar el estado de la misma. La asociación Hombre y Territorio en colaboración con el Club de Buceo Estepona acogidos a este proyecto dependiente de la Agencia de Medio Ambiente, son los encargados junto con voluntarios marinos de efectuar estas tareas.

Pero hoy nos detendremos en una de las inmersiones que, bajo mi punto de vista, me parece más interesante. Primero por la cantidad de vida que en ella podremos ver pero no menos importante, porque es una inmersión muy fácil, a no mas de 18 metros de profundidad, que podremos disfrutar acompañados de buceadores noveles sin grandes conocimientos del medio marino y del arte de bucear.
Aconsejo que se haga desde barco, aunque también la podremos hacer en infantería desde la costa. Eso sí, pegándonos un considerable palizón nadando hasta el punto de inmersión con lo que llegaremos cansados y temiendo el camino de regreso.
En la localidad de Estepona nos podremos encontrar varios clubes, teniendo a nuestra disposición uno en el mismo puerto deportivo. Allí un gran equipo de profesionales nos llevarán a la zona en barco y nos guiarán esta inmersión para que no tengamos ningún mal sabor de boca.

Hace ya varias décadas, la carretera que une la capital malacitana con Cádiz pasaba muy cerca de la costa. Debido a su cercanía con varias serranías, entre ellas la de Ronda, era frecuente que esta carretera nacional se inundara. Con lo que se proyectó un tubo de unos dos metros de altura que pasara bajo esta carretera y desembocara en el mar saliendo a la superficie del fondo marino sobre un lecho de rocas a un kilómetro de la costa consiguiendo recoger el agua que bajaba de la sierra y evitando las inundaciones de esta carretera.


Camino a los Tubos



Saliendo en barco desde el puerto deportivo de la localidad nos dirigiremos en dirección a San Pedro de Alcántara en una travesía en barco en la que divisaremos en todo momento la costa esteponera. Unos quince minutos más tarde fondearemos en medio del mar y comenzaremos nuestra inmersión. Primero lo haremos por su cara derecha. Bajo el tubo, en el lecho de rocas nos iremos encontrando gran variedad de especies marinas.
Ermitaños, sargos, multitud de anémonas y gorgonias de colores blancos, rojos, azules y amarillas nos teñirán de color nuestra inmersión.


Pero quizás lo mas significativo de esta inmersión sean las morenas y congrios que entre las rocas nos podemos encontrar. El congrio, también llamado negrillo, safio o culebra, se encuentra en todo el Mediterráneo, muy cerca de la costa cuando son jóvenes entre lechos de roca y arena y se desplazan a zonas más profundas cuando alcanzan la madurez.


Es por esto que los ejemplares que aquí veremos nos impresionarán ya que su longitud pueden alcanzar varios metros, siendo casi imposible hacerles una fotografía con macro en la cual salga todo el especimen. Su cuerpo es cilíndrico, del tipo anguiliforme, con una piel sin escamas y con una apertura branquial. Es un voraz depredador nocturno de peces, sobre todo crustáceos y cefalópodos pero esto no impedirá que a lo largo de este enorme tubo podamos observar diferentes tipos de pulpos de considerable tamaño. Cangrejos ermitaños, morunos y sastres también componen el menú de estos congrios por lo que no será difícil verlos entre las rocas, bajo el tubo.


Una vez que nuestra botella nos marce la mitad de su capacidad, pasaremos al otro lado del tubo y volveremos hacia el cabo del barco disfrutando de todo lo que nos falta por observar. De seguro que alguna morena sera objeto de nuestros flashes.

miércoles, 13 de julio de 2016

Marina del Este, Los Berengueles

Una pequeña introducción

Otra de las inmersiones usuales en Marina del este es la que comúnmente se denomina  Los berengueles. Esta zona no alcanza más de  19 metros de profundidad, es muy recomendable para aquellosy aquellas que no tengan mucha experiencia o bien su titulación sea baja ( 1 estrella en FEDAS o Open Water Diver en las demás certificaciones).
En los meses cálidos, cuando las temperaturas del agua son altas nos podremos encontrar muchas medusas, Entre ellas, las famosas huevos fritos también llamadas aguacuajada. Si bien las medusas representan un peligro para los bañistas, debido a sus picaduras, los buceadoresencontrarán en estas el momento idóneo de tomar unas cuantas fotografías.



Unas de las características principales de esta inmersión es que sus acantilados están llenos de oquedades y pequeñísimas  cuevas en las que encontraremos especies que nos resultará más fácil localizar a simple vista. Quizás esto no nos ocurra en la zona de la Punta de La Mona. Aconsejo llevar linterna para no perdernos el más mínimo detalle. También es bueno saber, que esta ensenada está protegida a poniente. Solamente cuando el viento sea de componente sur o haya un fuerte oleaje de  levante nos encontraremos con mar de fondo y poca visibilidad. Ahora bien, en estos casos,  tendremos la opción de bucear al otro lado de la punta donde también hay varias inmersiones hasta llegar a la zona de Calaiza en La Herradura. Pero esto será objeto de otros artículos a los que dedicaremos más tiempo en próximas entregas

¿En infantería o desde barco?

Otra de las bondades de esta zona de buceo es la de no necesitar barco para abordar las expediciones que aquí se aconsejan. 
Tanto en Almuñécar como en La Herradura hay varios clubes de buceo que de seguro, si por comodidad o desconocimiento del terreno queremos utilizar sus servicios, nos llevarán a todas las inmersiones aquí planteadas además de las existentes en el paraje natural de Cerro Gordo. Las inmersiones que ofrecen los clubes suelen oscilar entre los 25 y 32 euros teniendo acceso a las zonas de ducha y endulzado además de incluir el equipo pesado por el mismo precio (botella + plomos). Las inmersiones se distribuyen a lo largo del día siendo habituales las 9,12 y 16 horas. Obviamente podremos pactar con los clubes otros horarios si somos un grupo numeroso.
Pero volvamos a la inmersión que nos interesa que podremos hacer desde la playa y con un mínimo esfuerzo.

Comenzamos la inmersión

Salimos desde la parte izquierda de la playa  y nadaremos unos 50 metros para coger un poco de fondo, ya desde que comenzamos la inmersión vemos sargos, castañuelas algunas pequeñas lisas y cabrillas. Deberemos estar atentos porque esta zona suele ser frecuentada por varios peces rubios, que al encontrarnos todavía a poca profundidad , podremos admirar en todo su esplendor. Destacamos la belleza de sus aletas pectorales azuladas con puntas negras. Estos ejemplares que llegan a alcanzar los 20 centímetros son especies bentónicas que viven en los fondos marinos, donde capturan sus presas desenterrándolas. También es común avistar pequeños pulpos y lenguados semi enterrados en la arena así es que de nuevo, recomiendo que estemos muy pendientes de todo lo que a nuestro alrededor ocurre y oteemos hacia todos lados haciendo mucho hincapié en la arena.
Aunque cuando abordemos los acantilados a poca profundidad nos daremos cuenta de su diversidad, aconsejo seguir fondeando con objeto de llegar lo mas lejos posible antes de que algunos de los miembros de la expedición nos marque los cien bares. momento en el cual deberemos dar la vuelta. El objetivo debería ser llegar justo a la entrada del puerto pero es de comprender, que si bien no tenemos mucha experiencia o el grupo es muy amplio, lo normal es que nos volvamos antes




Tocando fondo

En todo el recorrido veremos corales y anémonas de diferentes colores, tamaños y formas. Pegados a alguna planta o alga, o sujetos a algún saliente nos encontraremos a variadas especies de esa fascinante criatura marina conocida vulgarmente como babosas de mar, aunque todos sabemos que responden al nombre de nudibranquios. Estos moluscos de simetría bilateral, se caracterizan por no tener concha ni opérculo, son hermafroditas y se reproducen en la primavera y otoño por medio de racimos o cintas de huevos que se cuentan hasta por miles. Su atractivo color, sus formas sinuosas y su aparente tranquilidad  deleitarán , sin duda alguna, nuestros sentidos. Pero no nos quedemos embobados viendo a estos gasterópodos porque si miramos hacia arriba seguro encontraremos cardúmenes de peces que teñirán de color plata  el gran azul. Desde luego no es una inmersión para despistados y habrá que estar muy pendientes de todo lo que ocurre a nuestro alrededor.




Todavía buceando por el fondo nos podremos encontrar rascacios, alguna sepia nadando cerca del acantilado, varias estrellas de mar, nacras de un considerable tamaño  y si tenemos suerte una pareja de caballitos de mar que por allí andan. Al ser miméticos y disponer de un hábitat que se reduce a apenas 5 metros cuadrados no es fácil que los veamos pero  si la suerte está de nuestro lado disfrutaremos de su majestuosidad y graciosa figura.

Hora de volver

Posiblemente el manómetro nos indique que el aire restante en nuestra botella llega a los cien bares, prudente será en este momento dar la vuelta y comenzar a ascender lentamente hasta que alcancemos una cota de unos ocho metros.Si en nuestro grupo nos acompañan buceadores noveles será bueno chequear cada varios minutos la cantidad de aire que les queda ya que, debido al entretenimiento de esta zona, será fácil que estos se despisten y no atiendan a las mediciones que deberían efectuar, tanto de aire como posibles paradas de seguridad. Nosotros, mas expertos, deberemos de recordarles que testen tanto su ordenador como su manómetro y de esa forma podremos tener un final de inmersión mucho mas tranquila sin necesidad de facilitarles nuestro octopus de seguridad o teniendo que subir a la superficie antes de lo estimado.
Linterna en mano, nos deslizaremos entre rocas y pequeñas oquedades encontrando desde gorgonias a reyezuelos en grupo, al refugio de los peligros diurnos del mar. Sobre todo en inmersiones nocturnas, podremos avistar alguna que otra morena y congrios de un considerable tamaño. 



Nos podremos encontrar ejemplares de meros, pero estos son pequeños. Aunque se ha intentado varias veces su repoblación en la zona soltando ejemplares de mayor tamaño, los pescadores "hacen su agosto" cada vez que esto ocurre y en pocas semanas vuelve a menguar el número y el tamaño de estos considerablemente. 
Numerosas especies de anémonas y erizos de variados colores nos acompañaran hasta que dejemos el acantilado a la izquierda para aproximarnos a la playa donde daremos por concluida nuestra inmersión.

miércoles, 6 de julio de 2016

Marina del Este, hacia La Punta de La Mona.

REFERENTE DE LA COSTA TROPICAL PARA LOS BUCEADORES





Al límite con la provincia de Málaga, en la localidad de La Herradura,nos encontramos con unos de los lugares más visitados por los buceadores en Andalucía. En el municipio de Almuñécar, provincia de Granada, se encuentra la ensenada de Los Berengueles aunque es más conocida por Marina del Este al encontrarse a escasos cien metros de este puerto deportivo. Decenas de clubes, cientos de buceadores y osados bañistas se dan cita a diario durante la época estival para admirar una vida marina muy abundante por estos lares.
Tres son las inmersiones que se pueden hacer en esta bahía: La Punta de La Mona, partiendo en infantería desde la parte derecha de la ensenada, la zona de Los Berengueles situado en la parte izquierda en dirección al puerto deportivo y La Piedra de en medio, que como su nombre indica, se encuentra en medio de la ensenada ligeramente hacia la derecha.



HACIA  LA  PUNTA  DE  LA  MONA


Desde la parte derecha de la playa entramos en el mar, cerca de la zona de los acantilados. Hay buceadores, que para tener más tiempo de fondo, prefieren nadar hasta alcanzar unos 17 metros de profundidad y  ahí picar para comenzar la inmersión. Si es la primera vez que buceas en la zona te aconsejo que a escasos seis metros comiences la inmersión y disfrutes de esta manera el espectáculo de vida y color que te vas a encontrar desde el comienzo.










comenzamos la inmersión y a unos 20 metros te encontrarás con muchos recovecos y corales  que pasan desde un amarillo pálido a un intenso naranja. Un espectáculo de color en el cual merece la pena detenerse para verlo con  más calma y si llevamos cámara, poder hacer unas cuantas fotografías.                      





A escasos 5 metros de profundidad se encuentra una pared vertical de coral anaranjado.
 ¡¡ No te lo puedes perder!!




Anémonas de mar, treparriscos, erizos y diferentes algas de  atractivos colores tapizan los acantilados de esta ensenada.


Comenzamos a coger fondo hasta alcanzar los 19 metros de profundidad.
Castañuelas, cuyos alevines presentan un intenso color azul, sargos, gobios de varios colores, ermitaños, pequeños pulpos, reyezuelos, fredis,rascacios, cabrillas, algún pez rubio y otras especies propias del mediterráneo nos acompañarán en nuestro recorrido hasta llegar a la cueva de la virgen.





















Ya en la cueva, a unos 19 metros de profundidad, nos encontramos una escultura de una virgen, de un metro de longitud, que guarda de los peligros del mar a cuantos buceadores pasan por su lado.








Continuamos para alcanzar la Punta de la mona, a unos 35 metros de profundidad, donde si tenemos suerte podremos apreciar la majestuosidad del Pez Luna que acude frecuentemente para desparacitarse.









Aquí acabaremos nuestra visita a La Punta de la Mona, volveremos al punto de origen dejando el acantilado a la izquierda. Aconsejo siempre que se hagan varias inmersiones a diferentes profundidades puesto que hay mucho que ver y muy diferente. Ni que decir tiene, que en las inmersiones nocturnas encontraremos especies que durante el día no podremos admirar.
Una vez terminada la inmersión podremos ir a la localidad de La Herradura, a escasos diez minutos de donde nos encontramos. Allí decenas de chiringuitos nos servirán un refrigerio bien frío acompañado de una abundante tapa que, es bueno saber, acompaña como obsequio de la casa a la bebida.